Los barrios obreros (y de empleados) levantados por la Sociedad Española de Construcciones Electromecánicas S.A. (SECEM) en Córdoba constituyen un caso único en la ciudad de promoción inmobiliaria por parte de una compañía industrial. Su estado de conservación es desigual, sobre todo en lo que se refiere a las viviendas. Con todo, se trata de un patrimonio capaz de revelarnos una historia: la de la mayor iniciativa industrial que ha tenido lugar en la capital.
Durante la visita del pasado día 18 de noviembre, y de forma complementaria a la charla impartida por Juan Manuel Cano Sanchiz el día anterior, Miguel Barrón Lara propuso un recorrido por los tres barrios obreros que forman el complejo industrial -más el de empleados-, así como por el resto de instalaciones que, con otros usos o en el abandono, han llegado hasta nuestros días: barracas, plazas, iglesia, economato, grupos escolares, escuela de aprendices, cuartel de la Guardia Civil, etc.
Uno de los aspectos más satisfactorios fue la amplia y activa respuesta de los vecinos, que no sólo aprendieron (y enseñaron) sobre su propio barrio en el transcurso de la ruta, sino que también se sensibilizaron con un patrimonio, el arqueológico industrial, tantas veces denostado, y reivindicaron la salvaguarda de los barrios e infraestructuras de la antigua SECEM como seña de identidad. Parece que, por fin, la Arqueología Industrial comienza a tener algún respaldo en Córdoba.
Juan Manuel Cano Sanchiz recibe al grupo e introduce la visita y a su guía: Miguel Barrón Lara.
Miguel Barrón analiza los barracones de SECEM, primeras infraestructuras de vivienda levantadas por la compañía.
La ruta continuó, tras pasar por el Cuartel de la Guardia Civil, por el barrio obrero Electromecánicas I, diseñado por el arquitecto de la fábrica: François Gay.
El grupo, mermado por la lluvia, resguardado en el porche de la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario, construida por SECEM en la plaza principal de Electromecánicas II.